Ya sabéis que los viernes acostumbro a publicar el postre, lo que es el plato más dulce y goloso de todo el menú de la semana. Y normal que sea en viernes, porque es este día el más esperado de los siete gracias a ser víspera de festivo, el día en el que la mayor parte de nosotros empieza a dedicarse a uno mismo a jornada completa y también cuando, normalmente, solemos tener más tiempo para adentrarnos en la cocina y preparar alguna que otra receta. Y esta receta que tengo lista para hoy no os la podéis perder, porque vais a dejar sin palabras: Mousse de chocolate blanco. ¿Quién no ha comido alguna vez este tipo de dulce y ha querido cocinarlo en casa? Pues ahora tenéis una oportunidad inmejorable, ya que os tengo reservada una sencilla receta de Mousse de chocolate blanco con la que no tendréis ninguna excusa para no preparar. Y degustar, os aseguro que es un auténtico vicio…
Ingredientes
- 180 gramos de chocolate blanco de repostería.
- 4 hojas de gelatina.
- 600 gramos de nata para montar.
- 2 cucharadas soperas de azúcar.
- Hojas de menta.
- Grosellas o frambuesas para decorar.
Preparación
Fundimos el chocolate al baño maría, teniendo mucho cuidado de que no le entre ni una gota de agua, ya que se compactaría. Dejamos que temple y, mientras tanto, colocamos las hojas de gelatina en agua fría. Montamos 500 gramos de nata con ayuda de la batidora de varillas, reservando 100 gramos, y, cuando esta esté casi montada, añadimos las 2 cucharadas soperas de azúcar, terminando de mezclar y reservando.
Ponemos un cazo al fuego y calentamos los 100 gramos de nata que teníamos sin montar. Escurrimos la gelatina, la mezclamos con la nata caliente hasta que se disuelva e incorporamos el chocolate blanco fundido removiendo hasta obtener una mezcla homogénea. Dejamos que temple a temperatura ambiente. A continuación, añadimos un poco de nata montada a la mezcla de chocolate, removemos bien y volcamos todo el chocolate sobre la nata, uniendo con mucha suavidad con ayuda de unas varillas manuales para que la mezcla no baje. Una vez obtenido el Mousse de chocolate blanco, lo repartimos por las copas de postre y reservamos en la nevera hasta que se enfríe para el momento de servir.
Montaje del plato.
Servimos las copas de Mousse de chocolate blanco ya frías decorándolas con unas grosellas, frambuesas y hojas de menta antes de colocar en la mesa. Si no se dispone de estas frutas, se puede decorar al gusto.
