De abril nos gustan muchas cosas, sobre todo el hecho de que la primavera se despendole trayendo el sol y la buena temperatura (además de la inestabilidad meteorológica y las alergias, algo malo debía tener). Además, la temporada de comuniones y bodas entra en su plenitud, por lo que siempre es un gustazo ver disfrutar a los protagonistas. También tenemos al alcance de los dedos el día de la madre, un primer domingo de mayo en el que todas las mamás se visten de merecida gala para recibir el cariño de sus hijos (sólo un poco más que a diario, recordadlo). Por último, y como protagonista de este artículo, los libros toman protagonismo gracias a su día.

Nos encanta el día del libro (o Sant Jordi si celebráis esta festividad): cualquier excusa es buena para entregarse al placer de la lectura y de la búsqueda de los mejores libros. Regalad cultura, dejad que os la regalen, aprovechad cualquier momento para sumergiros en un buen texto y completad vuestra biblioteca con todos los volúmenes que más os apetezca leer. Además, los libros enriquecen la habitación igual que ocurre con el intelecto, otra razón para apostar por ellos. ¿No tenéis suficientes? Si disponéis de una buena biblioteca, podréis decorar las estanterías con nuestros sujetalibros originales.

Podría bastar una simple piedra, un marco, ese jarrón que nos regalaron y que jamás hemos sabido dónde colocar. Pero no hay nada mejor para impedir que los volúmenes se arrojen al suelo que unos buenos sujetalibros. Sobre todo cuando apuestan por la originalidad cambiando el concepto que podamos tener de ellos. ¿Qué os parecería si una flecha atravesando los libros impidiese que se cayeran? O un karateka, unos soldados…

El día del libro es una excusa para celebrar la imaginación, los viajes a territorios lejanos sin levantarnos de la silla, es un motivo para recomendar todas esas lecturas que nos cautivaron, también para bucear en los anticuarios hasta conseguir todos esos libros que un día prestamos y que nunca volvieran a nuestras manos. ¡Que vivan los libros! Y los sujetalibros originales, por supuesto.

¿Ya conocéis todos nuestros modelos? Tenemos una colección tan grande que no os la acabaréis fácilmente. Y es perfecta para decorar dormitorios, comedores, bibliotecas, salas de estudio, aulas… En fin, cualquier estantería de la que amenacen con caerse los traviesos libros. No dejéis que lo hagan: el susto puede ser de órdago. Y quién sabe: quizá se desordene la historia con el golpe…