Iniciamos nuestra andadura semanal por el terreno de las recetas de cocina arrancando un primer plato de cuchara que sirve a la perfección como entrante, estando adaptado al clima caluroso en el que nos encontramos. Y, dado que el verano aprieta más o menos por igual a todo el territorio, ¿no resulta adecuado comer algo fresco? Pues así es esta receta de Crema fría de remolacha, todo un homenaje al buen gusto en el que se incluye un ingrediente tan ligero como es la remolacha. Y presentada de forma espectacular, para que nadie decida privarse de las delicias de la Crema fría de remolacha. ¿Os apetece probarla? Pues, como siempre, necesitaréis muy poco tiempo para cocinarla, estando lista tras su pertinente tiempo de cocción. ¿Os apuntáis?
Ingredientes
- 450 gramos de remolacha cocida (o fresca).
- 360 gramos de patatas.
- 220 gramos de nata líquida.
- 200 gramos de leche.
- 40 gramos de aceite de oliva.
- Sal y pimienta.
Preparación
Calentamos un poco de aceite en una cacerola y pochamos a fuego lento las patatas cortadas en rodajas. Cuando empiecen a estar blandas, añadimos las remolachas cocidas, cortadas también a rodajas y sin el jugo donde se conservan (en el caso de que se trate de remolacha fresca, deberemos de pocharla laminada junto con las patatas). Salpimentamos y dejamos cocer el conjunto durante unos 10 minutos más.
Cubrimos con agua mineral hasta 4 dedos aproximadamente por encima y cocemos a fuego lento durante 20 minutos. Trituramos y colamos por un chino para retirar los posibles grumos. Añadimos la leche y la nata líquida al puré de patata y remolacha y mezclamos bien, guardando posteriormente la crema en la nevera.
Montaje del plato.
Servimos la Crema de remolacha en una copa o cuenco estando a temperatura muy fría. Vertemos un chorrito de nata en la superficie haciendo un círculo y decoramos con un poco de perejil.