Hoy vamos a escribir un post curioso donde los haya y del que estamos seguros que aprenderéis algo nuevo. Y ha surgido por la típica pregunta que alguien formula cuando ve hacer una cosa concreta: ¿de qué otra manera se podría realizar? Esa pregunta, aplicada al café, ha dado para una investigación profunda en la que hemos localizado diferentes maneras alternativas de prepararlo, pudiendo así tener un pequeño manual en casa para las emergencias. Y es que seguro que habréis sufrido más de una mañana porque se os ha fundido la cafetera o porque resulta que aquélla tan moderna que comprasteis ha decidido que no se enciende sin una descalcificación, corriendo el riesgo de salir a la calle sin la dosis obligatoria de cafeína.
Echadle imaginación: ¿qué otras maneras de preparar un café se os ocurren? Sin utilizar una cafetera y usando los utensilios habituales que se encuentran en cualquier cocina. ¿Lo habéis intentado alguna vez de estas cinco formas?
Utilizando un calcetín
Bastante habitual en el siglo pasado, el «café de calcetín» ha llegado a ser, incluso, un eufemismo de ese café malo que no se puede ni beber. Aunque tampoco tiene que ser de baja calidad si lo preparamos adecuadamente: un calcetín limpio y que no suelte pelusa relleno con café de calidad molido grueso, agua hirviendo que verteremos poco a poco por la parte interior del calcetín y, colocando un recipiente en la parte inferior, café recién hecho que recogeremos sin mucho esfuerzo. Para un apuro bien vale la pena.
Infusionado y filtrado: café de puchero
Aunque el proceso concreto para extraer las sustancias solubles no es igual en el caso de las infusiones herbales con respecto al café, también podemos utilizar ese método para hacernos una taza en un caso de urgencia. Basta con dejar reposando en agua hirviendo la cantidad de café deseada (molido medianamente grueso) para, una vez transcurridos dos o tres minutos, colar el resultado en una taza.
Café reposado en frío o Cold Brew Coffee
Antes que nada, despedíos de tomar el café con este método si tenéis algo de prisa: el Cold Brew Coffee (en inglés mola más, las cosas como son) necesita de varias horas para prepararse, siendo tan sencillo de hacer que basta con añadir el café a un recipiente con agua fría, taparlo y dejarlo toda la noche en la nevera. Las proporciones son 1 cucharada sopera de café molido grueso por cada taza de agua. Ponedlo tapado en la nevera y, cuando os levantéis, sólo tendréis que filtrar el resultado: este método extrae más esencia del café de la que imagináis, eliminando amargor y acidez.
Utiliza lo que tengas por casa: filtro y un vaso desechable
Éste vídeo nos lo hemos encontrado por Yahoo. Y lo hemos visto tan interesante que se ha venido directamente a este recopilatorio. No deja de ser una evolución del café de calcetín, pero nos ha parecido curioso precisamente porque estimula la imaginación. ¿Que se os ha roto algo que utilizáis a menudo? Pensad en una alternativa. ¡El café va directo al vaso sin que se derrame ni una gota!
La siempre socorrida cafetera de émbolo
El quinto método alternativo para preparar un café necesita un accesorio concreto, aunque se trata de algo tan útil que no está de más tenerlo en casa. ¿Tenéis una cafetera de émbolo? También llamada prensa francesa, permite preparar café o infusiones con el mismo método del puchero, disponiendo de un mecanismo manual de filtrado por presión que facilita la tarea de separar los posos del café ya listo para consumir. Agua hirviendo, café molido grueso, unos pocos minutos y se baja el émbolo: café de calidad sin necesitar una cafetera.
Ya tenéis los 5 métodos alternativos para preparar un café sin necesidad de una cafetera. Ni de presión, ni Nespresso, ni de goteo ni italiana: se puede hacer un buen café usando la imaginación y aquellos artilugios que tengamos por casa. Aunque eso sí: a la hora de degustarlo, mejor hacerlo en una buena taza. ¡Qué aproveche!