¡Feliz San Valentín a todos! ¿Qué tal se está portando este amoroso día con vosotros? Regalos, besos, caricias, palabras de amor, veladas íntimas por doquier… El día de los enamorados es una de esas fechas controvertidas del calendario que a muchos gusta y a otros no les convence, creando así una eterna discusión entre quienes defienden que no es más que un día para los comercios y los que aseguran que, pese a que hay ser romántico todos los días, tampoco está de más serlo otro poquito más durante unas horas. Y yo me encuentro entre quienes defienden el día de San Valentín, y no sólo con regalos que se compran (que también, por supuesto); sino con dulces elaborados con todo el amor, consiguiendo así una sorpresa para el paladar con la que rematar un día espléndido. Por eso, hoy he pensado en unos Macarons de San Valentín. ¿Habéis visto qué pinta? ¿Qué dulzura? ¿Qué ganas de hincarles el diente? Aprovechad San Valentín y regaládselos a vuestras parejas. Les vais a enamorar todavía más.
Ingredientes
- 2 claras de huevo grandes.
- 110 gramos de almendra molida.
- 30 gramos de azúcar.
- 200 gramos de azúcar glass.
- Colorante alimentario.
- Para el frosting:
- 150 gramos de queso blanco de untar estilo Philadelphia.
- 100 gramos de azúcar glass.
- El zumo de un limón.
- Colorante alimentario.
Preparación
Empezamos tamizando la almendra y el azúcar glass de la masa, reservando el resultado. Montamos las claras a punto de nieve y, a medio montar, incorporamos los 30 gramos de azúcar. Terminamos el merengue (las claras tienen que quedar bien apretadas y con brillo) y añadimos la mitad de la mezcla de almendra y azúcar glass. Batimos con ritmo e incorporamos el resto de la mezcla, quedando una masa homogénea, sin grumos y que no resbalará de la espátula al levantarla desde dicha masa; formando, además, una especie de "pico de pato".
Añadimos el colorante en la cantidad que deseemos para obtener el color final de los Macarons de San Valentín (podemos dividir la masa en varios cuencos para crear distintos colores) e introducimos la masa en una manga pastelera con boquilla ancha. Después, y siempre sobre papel de horno o sobre un tapete de silicona, creamos pequeños círculos aplicando presión a la manga pastelera, consiguiendo así cada mitad de Macaron. También podemos utilizar un molde de Macarons, obteniendo así mejores resultados.
Precalentamos el horno a 30 º C e introducimos en él los Macarons de San Valentín, manteniéndolos dentro durante unos 10 minutos para que pierdan algo de humedad. Tocamos con el dedo su superficie y, si no se pega, los Macarons de San Valentín ya están listos. Los retiramos del horno, precalentamos este último a 150 º C y horneamos los Macarons durante 20 minutos. Hemos de tener mucho cuidado de que no se hagan en exceso, porque si no quedarán secos.
Es el turno de crear el frosting o relleno para los Macarons de San Valentín. Para ello, mezclamos en un bol el queso junto con el zumo de limón, Después, seguimos mezclando añadiendo poco a poco el azúcar glass, incorporando también el colorante deseado. Una vez obtengamos una textura homogénea en la mezcla, rellenamos una manga pastelera con una boquilla media y la metemos dentro de la nevera, guardándola allí al menos 1 hora.
Montaje del plato.
Retiramos las mitades de Macarons de San Valentín del molde, papel o tapete y rellenamos con el frosting, creando así pequeños sándwiches. Terminamos decorando al gusto. Por ser San Valentín, yo he elegido corazones de azúcar.
Observaciones.
-Las mitades de Macarons se pueden congelar sin problemas para rellenarlas posteriormente. Una vez rellenados, aguantan una semana en la nevera sin problemas.
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