Qué rápido pasan las semanas, ya estamos otra vez a miércoles… Y, como sabéis, este día es el momento en el que empezamos a elaborar nuestro menú de recetas, apostando normalmente por un plato ligero, nutritivo y que encaje a la perfección como asentamiento para el segundo plato. ¿Y qué mejor ingrediente que la verdura? Aunque no una cualquiera, sino Alcachofas rellenas de setas, todo un disfrute para la vista, el gusto y el estómago. Y sin que se acumule en nuestros michelines, que ya tenemos bastantes turrones asentados ahí. ¿Os apetecen? Pues ya sabéis, a los fogones…
Ingredientes
- 8 alcachofas grandes.
- 200 gramos de setas variadas (al gusto o disposición).
- 300 gramos de cebolla picada.
- 50 gramos de aceite.
- 1 copita de Brandy.
- Queso rallado.
- Sal y pimienta.
Preparación
Sacamos las hojas más externas y duras de las alcachofas, cortamos el tronco y vaciamos parcialmente el interior para poder rellenar, raspando el corazón con un cuchillo o cucharilla para retirar los posibles hilos de la verdura. Las alcachofas tienen que quedar con el aspecto de un nido. Una vez conseguido esto, las hervimos en agua hirviendo durante 15 o 20 minutos, comprobando con un cuchillo el momento en el que el corazón se vuelve tierno. Refrescamos con agua y hielo, escurrimos y secamos con papel absorbente.
Pochamos la cebolla picada en una sartén aparte con un poco de aceite, hasta que haya tomado un color transparente. Añadimos en ese momento las setas limpias y troceadas, continuando con la cocción a fuego lento hasta que se haya evaporado todo el agua que sueltan las setas. Vertemos la copita de Brandy y dejamos que este también se evapore.
Montaje del plato.
Rellenamos cada una de las alcachofas con la cocción de cebolla y setas, espolvoreando por encima con queso rallado para fundir. Gratinamos en el horno y servimos, decorando con un poco de perejil picado.
Observaciones.
-Os recomiendo que sumerjáis a las alcachofas en agua fría y con unas gotas de aceite y hojas de perejil conforme las vayáis limpiando, de esta manera no se oscurecen al oxidarse. Hay quien les pone limón, pero entonces la alcachofa suele amargar.
