Receta de Calçotada

Menudo menú el que os tengo preparado esta semana, va a ser de órdago. Y no por cantidad de platos, que ya os puedo adelantar que serán dos, sino por la variedad y originalidad de este par de propuestas, una como primer y segundo plato y otra de postre, realmente deliciosas. Y para la receta de hoy he seleccionado un plato típico de Cataluña que se suele preparar por estas fechas, conforme los primeros días de primavera invitan a cocinar fuera de casa y aparecen los primeros calçots de temporada, una cebolleta que se cultiva especialmente para elaborar la receta de la Calçotada. Como veréis a continuación, lo fundamental en esta receta no son la variedad o precio de sus ingredientes, sino la calidad de la compañía con quien la degustemos. ¿Os apetece preparar una salida al campo para degustar esta Calçotada acompañada de una buena parrillada de carne? Pues vayamos entrando en materia…

Calçotada

Tiempo total: 30 minutes

Número de comensales: 8 personas

Calçotada

Ingredientes

  • 80 calçots medianos DO Valls (Tarragona).
  • 1 fardo de sarmientos.
  • Papel de periódico.

  • Para la salsa Romesco:

  • 200 gramos de almendra tostada.
  • 5 tomates de colgar.
  • 1/2 cabeza de ajos asados.
  • 1 diente de ajo crudo.
  • 1 cucrada sopera de pimentón dulce.
  • 1/4 de vaso de vinagre de vino.
  • 750 gramos de aceite de oliva.
  • 1/2 vaso de agua (opcional).
  • Sal al gusto.

  • Para la parrillada de carne:

  • Costillas de cordero, chorizo, panceta y todo tipo de carne que se desee asar a la brasa.

  • Para el alioli:

  • 1 diente de ajo.
  • 1 yema de huevo.
  • Aceite de oliva.
  • Sal.

Preparación

Los calçots son originarios de Tarragona. Son parecidos a una cebolleta, pero su apariencia es más estrecha y más larga. Es importante elegir siempre el mismo tamaño en todos los calçots que se vayan a asar para que se cuezan siempre por igual y con una buena llama. Todo lo contrario que la carne, ya que esta requiere brasa. Para obtener una buena llama, os recomiendo el sarmiento, ya que enciende rápidamente proporcionando la llama más adecuada para los calçots.

Primero, extenderemos todos lo calçots en el mismo sentido sobre la rejilla de la barbacoa. Después, encendemos el sarmiento y, cuando este comience a echar llama, pondremos encima la rejilla con los calçots manteniéndolos a una distancia de dos palmos del fuego. En dos minutos se habrán cocido por una cara, por lo que voltearemos la rejilla pasando a dorar la otra cara de los calçots. Podremos comprobar que la superficie ha adquirido alguna zona quemada, pero no tenemos que preocuparnos, es totalmente normal. Dejamos cocer dos minutos por esta nueva cara y los envolvemos en papel de periódico con capas de unas tres hojas, juntando los calçots en grupos de diez. Dejamos que se terminen de cocer por sí mismos y, pasados 20 minutos, ya los tendremos a punto para consumir.

Cuando ya hayamos preparado los calçots y no nos queden llamas de de sarmiento, es el momento de aprovechar las brasas para preparar la parrillada de carne. Podremos utilizar cualquier tipo de carne o embutido que nos guste, acompañándola con la propia salsa Romesco de los calçots o elaborando una salsa alioli, mucho más apropiada. Para ello, picamos en un mortero un ajo natural y añadimos una yema de huevo. Con la maza del mortero vamos dando vueltas siempre en el mismo sentido mientras incorporamos poco a poco el aceite de oliva hasta que la salsa alioli quede bien ligada.

Para preparar la salsa Romesco asamos en el horno, o en una sartén, los tomates enteros y los dientes de ajo de media cabeza sin pelar. Una vez asados, pelamos y sacamos todas las pieles y pepitas colocando lo aprovechable dentro del vaso de la batidora eléctrica. Añadimos a los tomates y ajos el ajo crudo, el pimentón, las almendras trituradas previamente y el vaso de vinagre. trituramos todo el conjunto con la batidora eléctrica e incorporamos el aceite como si tratáramos de hacer una mayonesa. Batimos hasta que la salsa Romesco quede bien ligada. No debe quedar una salsa muy espesa, ya que nos interesa que el calçot quede bien impregnado cuando lo mojemos en ella. Por eso, podemos añadir un poco de agua al final, aligerando la textura. Esta salsa Romesco se sirve en cuencos para que todos los comensales puedan mojar los calçots según los gustos. Suele ser algo típico el comerlos con baberos, ya que tienden a salpicar.

Montaje del plato.

Para comernos los calçots hemos de desenvolverlos del papel de periódico y, con la ayuda de los dedos, se cogen por la parte superior para, con la otra mano, tirar hacia abajo, sacando de esta manera la parte central, que es la que interesa, mientras desechamos la zona quemada. Se mojan los calçots en la salsa y, como si de un espárrago se tratara, se pone en la boca 3/4 partes del calçot, retirando la zona verde, que se desecha. Deben de estar tiernos.

Observaciones.

-La salsa Romesco se puede congelar sin ningún problema. Esta salsa también nos sirve para aliñar ensaladas, sobre todo las que lleven escarola.
-El mejor vino para una Calçotada es uno joven del año.

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